Graduada de la vida

Hace tiempo escribí este texto. Y ahora , época en que todos conocemos a alguien que está acabando la carrera, que tiene su graduación, la mía misma la semana que viene… me ha venido a la memoria este texto, y creo que para esta época es adecuado 🙂 .

(Graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. No hace falta decir todo lo que esto supone para mí. Haber acabado lo que un día fue para mí un sueño. He aprendido muchísimo, he descubierto ámbitos y perspectivas que jamás pensé que habría. Sé que puedo ayudar en la gente y hacer por su salud mucho más de lo que se puede suponer. Que puedo hacer que la gente se sienta mejor, que confíe más en sí mismo, tratar sus patologías, y sobre todo prevenirlas, hacer que la gente sea proactiva en el cuidado de sí mismo y su salud sin esperar a que otro le solucione, en esta sociedad del tratamiento. Además, el máster de nutrición trata de complementar esa visión, y poder investigar y entrenar o fomentar a que a gente hace actividad física para que esté más sana, se sienta mejor, sea más feliz). 
Pero esto no es de lo que realmente quería hablar, porque quiero aprender otras lecciones, ser graduada de la vida.

Quiero graduarme de la vida. Quiero cursar la asignatura de vivir, y no me conformo con asistir a clase, quiero participar, involucrarme.

Educarme entre tus besos, tus abrazos, aunque a veces intangibles, tú mi primera maestra, mi primera palabra. Aprender qué es ser una familia, qué es ser uno mismo, a afrontar los suspensos en la vida, y a disfrutar de las buenas notas. Y sobre todo a luchar por ellas, estar satisfecha de haberlo hecho lo mejor posible, independientemente de la nota.

Pasar el examen de cada herida y quedarme con la lección de cada día, pues todos los días se va uno a la cama con algo nuevo aprendido, a la cama no te irás sin aprender algo más. No olvidarme de hacer las tareas, aprender a multiplicar mis sonrisas y dividir mis miedos, despejar la X que somos en esta ecuación de la vida. Fraccionar los problemas, hacer exponencial mis virtudes. Conjugar el verbo ser y no el tener. Escribir nuestra historia como una de las mejores historias de la literatura. Entender la vida a bersos, comerme menos la cabeza y más el mundo. Aprender el idioma de las relaciones.

Hacer un máster en el amor, en cómo amar y ser amada. Para primero aprender a amarme, y luego amarles y amarte, amarnos y no dejar nunca de conjugar este verbo. Aprender a usar la lengua, el leguaje del amor, para luego ponerlo en práctica. Repetir cada noche enredada en las sábanas esa lección que aunque mil veces vista nunca fue más disfrutada. Me da igual cuántas veces repetirla, sabes que buscamos la matrícula. Estudiante de tu cuerpo, ser aprendiz de tus deseos, que me inquieten tus miradas, para averiguar tus pensamientos. Comprendernos con un gesto, hablarnos con silencios, compenetrarnos hasta en el entendimiento.

Y en esta vida por vocación: el amor, en todas sus formas. Me formaré en ayudar a quien más quiero, a quien más lo necesite. Estaré a tu lado por más duros que sean los días, por más absurdas, sin sentido o duras que sean las lecciones.

Diplomarme en la amistad. En las sorpresas, en saber escuchar, en sacar una sonrisa cuando más la necesites. Escuchar, apoyar, comprender, hacerte saber que voy a estar ahí siempre. En recordarte lo mucho vales, y jamás olvidarte. Y no será por repetir lo que te quiero y te agradezco, ya no me dejan presentarme a mencionar estas lecciones.

Graduarse en la amistad

Doctorarme en las caídas, pero sobre todo en cómo aprender a superarlas. Doctora de existir, no reprimir, de querer ser libre. Autodidacta en curar las heridas, ahora sé que los trabajos en grupo tienen sus ventajas.

Investigar sobre el dolor, la traición y la mentira. Y encontrar una cura definitiva. Un antídoto para la desdicha, el abandono; para la infelicidad y el inconformismo. Ya he experimentado el sufrimiento y hay solución para muchos de sus problemas; y para los que no, hay diferencias significativas entre el optimismo, y el pesimismo.

Obtener la patente de tus caricias prohibidas, muchas aún por descubrir; para jamás venderla.

Descubrir la mente de quienes me rodean, maravillarme, asombrarme y querer seguir descubriendo a tan inhóspitas almas, puede de ellas me formo académicamente y humanamente.. Y para ello no hace falta un microscopio, pues lo esencial es invisible a los ojos.

Licenciarme en Bellas artes. Perfeccionarte, amarte, acompañarte, concienciarte, razonarte, animarte, escucharte, vivenciarte, emocionarte…; nunca odiarte, compararte o evaluarte (también hay artes oscuras, jeje). Aprender que “Earth whitout “art” is just “Eh”? En el arte de saber, de aprender, de amar, de entregarse, de compartir, de empatizar.

Graduarme de los sueños, en tocar el firmamento. Estudiar el cosmos, las estrellas, y por qué tienes una en tu rostro. Ser profesora de ilusiones, mostrar a cada uno, y sacar de cada ser lo mejor que habita en él, y enseñar qué es lo importante y por qué merece la pena ser valorado.

Cum laude en actitud ante la vida. En lucha, en superación, en nunca tirar la toalla. En entender que todo pasa por algo, que lo bueno de caerse es levantarse, que siempre hay algo que aprender de lo malo, y que gracias a ello puedo disfrutar más de lo bueno, de lo humano.

Graduada de la vida

Catedrática en saber aprender cada día. En querer seguir descubriendo, seguir mejorado. Saber que nunca se sabe todo de nada. Que no seré catedrática ni en muchos años. Pero no por ello abandonar esta actitud de alerta, de empaparme de cada cosa, de ser inquieta, de tener esa actitud de crítica. He aprendido mucho y aún me queda. Aprobar a duras piernas, matrícula en errores, que sin embargo cada día corrijo. Que siempre habrá asignaturas pendientes.

Titularme en: “lecciones de un año de vida”, como título de un año, de una vida.

19 de Octubre 2014

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